...a Henry nada de eso le importo
y termino en la cama con la Salomón..."
"En el limite extremo esa nada momentánea llega mi amigo MacGregor y se detiene a mi lado y con él está aquella de la que ha hablado, la ninfómana llamada Paula. Esta se mueve con ese balanceo flexible y gaboso del sexo ambiguo, todos sus movimientos irradian de la ingle, siempre en equilibrio, siempre lista para flotar, para serpentear y reconocerse, y asir, con los ojos haciendo tictac, los dedos de los pies crispandose y centelleando, la carne rizandose como un lago surcado por una brisa. Es la encarnación de la alucinación del sexo, la ninfa del mar culebreando en los brazos del maniaco. Los observo a los dos mientras se mueven espasmódicamente centimetro a centimetro por la pista; se mueven como un pulpo exitado por el celo. Entre los tentaculos balanceantes la música riela y fulgura, tan pronto rompe en una cascada de esperma y agua de rosas, como forma de nuevo un chorro aceitoso, una columna que se alza erecta sin base, se desintegra otra vez como greda, dejando la parte superior de la pierna fosforescente, una cebra de pie en un charco de malvavisco dorado con charnelas de goma y pezuñas derretidas, con el sexo desatado y retorcido en un nudo."
Trópico de Capricornio
Henry Miller
(1891-1980)