Artaud, Bukowski, Girondo, Gelman desfilaron en un diálogo matizado por referencias musicales, artísticas y, sobre todo, por la alusión constante a los referentes de la música popular que Fito admira. "Estos dos hombres -Girondo y Gelman- han interpretado parte de la complejidad argentina- y como padre de Martín y de Margarita me siento contento. Hay en ellos un espíritu poético salvaje", señaló."
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Con un pasaporte falso partió hacia Génova. Ahí supo que zarparían dos barcos: uno hacia Nueva York y otro a Buenos Aires. El de Buenos Aires salió primero y en él se fue. Vivió en la capital argentina hasta que regresó a su tierra de origen, en los inicios de la revolución rusa, Volvió esperanzado porque eran momentos de cierto pluralismo. Como todo mundo sabe, los espacios se fueron cerrando.
Lo que lo desilusionó fue, sobre todo, la expulsión de Trotsky del Partido Comunista y su destierro en Alma Ata, en la frontera de Manchuria. Aunque él no era trotskista en absoluto, admiraba a Trotsky y pensaba que con su salida de escena se terminaban las últimas posibilidades de un debate democrático en la Unión Soviética. Entonces se fueron todos con pasaportes falsos, inaugurando así la tradición de pasaportes falsos en la familia. Mi hermana tenía tres años.
Él era obrero ferroviario, carpintero. En 1928 volvió a Buenos Aires con mi madre y mis dos hermanos mayores. Ahí siguió de carpintero y luego de pequeño comerciante. (Ella) había sido estudiante de medicina en Odesa. Era hija de un rabino metido en su shtetl, un pequeño pueblo judío donde fungía como juez de paz. Era una especie de santo que se alimentaba de té y pan. Muchos años después, en la poesía norteamericana de los años 20, encontré la referencia del té y el pan en la boca del poeta judío.
Mi infancia está muy lejos, en el barrio de Villa Crespo, en Buenos Aires. Nací ahí porque en un momento tan delicado como un alumbramiento quise acompañar a mi madre. Corresponde a un caballero estar con una mujer querida en una zona difícil como el parto... Mi infancia también está llena de cosas que no viví. Por ejemplo de historias extraordinarias y terribles que mi madre me contaba, como el día aquel en que los cosacos quemaron todo durante un pogrom y mi abuela entró en la casa en llamas para salvar a sus hijos. Perdió uno. Cada vez que había peligro, mi abuelo sacaba una arquilla con un pergamino de mil setecientos y corno en el Génesis leía: "El rabino tal engendró al rabino tal que engendró a tal.." El era el último de la lista. Cuando existía una amenaza, la lectura del pergamino les otorgaba cierto sentido de continuidad y supervivencia.
Mi padre era uno de esos obreros de la Rusia revolucionaria que sabía de todo: economía, historia, ciencias políticas. Lo que ahora se llamaría un tipo culto. Mi madre... amaba la música, nos hacía estudiar piano.
Nunca nos encerraron en un gueto, ni cultural ni nada. Esos años de mi vida coincidieron con la segunda guerra. Hice, por ejemplo, mi bar-mitzvah, porque hacerlo se llenaba de sentido en medio de la matanza de judíos en Europa. Pero no recibí ninguna educación religiosa. Lo que más recuerdo de mis trece años fue que me regalaron las obras completas de Sholem Aleijem. Mis padres, que no nadaban en la abundancia, ahorraban centavitos y una vez al año nos llevaban al Teatro Colón. Ahí escuché a Brailovsky, cantantes de primera línea, óperas con espléndidos elencos. Al mismo tiempo llevaba una intensa vida de barrio, un barrio pobre y agresivo.
Me enamoré de una vecinita ... Me encantaban sus rodillas sucias. Me salían versitos de amor, rimados.
Me enamoré de Ana, que tenía once. Al principio yo le mandaba versos de Almafuerte. como si fueran míos. Se reía mucho...entonces traté de intentar mejor fortuna.
De niño recuerdo todo lo que se hizo en favor de los republicanos durante la guerra española, las pintadas en el barrio y nosotros, los pibes, juntando el papel plateado de los chocolates porque se creía que con eso se fundía el plomo para las balas de los republicanos; pero también el problema de la guerra mundial que en mi casa se vivía con intensidad y todo lo que ocurrió después: el golpe de Estado del 43, el advenimiento del peronismo y el golpe del 55. Es decir que había todo un clima, un contexto de efervescencia social muy grande en todos esos años que sin duda impregnó nuestra actitud practicante.
No recuerdo cuál fue el primer poema que escribí, pero si cuál fue el primero que publiqué. Vivíamos en Canning y Vera, y desde muy chico, desde los ocho años o tal vez antes, leía mucha poesía. La poesía era como una hipnosis; me atraían los sonidos por un lado, y por el otro el misterio de algunas palabras incomprensibles... Boris leía mucho. Fui saqueándole a mansalva la biblioteca. Tenía, él también, algunos libros en ruso.
Tenía once (años). Yo leía esa revista (se refiere a Rojo y Negro) cada vez que me caía en las manos porque tenía unos cuentos de aventuras buenísimos. En cada número traía una sección de filatelia Y otra de espontáneos. Muchas veces traté de sobornarlos mandándoles cincuenta, sesenta estampillas pero me rechazaban el poema. Hasta que una vez, por fin, me publicaron. Era, por supuesto, un poema de amor imposible... decía, más o menos: "Al amor, sueño eterno y poderoso,/ el destino furioso lo cambié".
Tenía entonces un sueño extraordinario, que se repitió durante más de dos años. Yo era paje de una corte e improvisaba versos maravillosos que, por supuesto, olvidaba al despertar. Al acostarme, dejaba lápices y papeles junto a la cabecera de la cama, pero jamás pude acordarme de un solo verso.
A los doce años leí Humillados y ofendidos (de Dostoievski) y caí dos días con fiebre. En mi casa había un patio y, al fondo, una escalera de chapa que llegaba a la pieza donde dormía mi hermano. Un domingo fui a su cuarto, tomé el libro, y me lo devoré de cabo a rabo. (Leía) sobre todo a los clásicos españoles: Garcilaso, Quevedo, Góngora, Lope de Vega... pero el primer poema que escuché fue un poema de Pushkin, en ruso. Se lo oí a mi hermano, que recordaba todavía algunos versos de Pushkin. En ese momento descubrí la poesía "dicha".
Recuerdo que mi padre me regaló, cuando cumplí 12 años, la obra completa de Sholem Aleijem... Empecé robándole versos a Almafuerte.
Mi padre era un lector voraz. Mi madre, por su herencia rabínica, tenía un modo de entender la vida donde la pobreza existe, sí, es un hecho, pero ahí no se acaba el espíritu humano. Crecí con una vida repartida: la de colegio donde me rozaba con gente de otras clases y la vida del barrio en el que, de paso, hice el escalafón completo: billar, mujeres, organillos, fútbol, milonga y esas cosas.
Yo fui milonguero desde los 15 años. En aquel mundo de entonces el baile me interesaba mucho. Borges dice que el tango es una manera de caminar. Yo no lo voy a corregir, pero me parece que es una manera de conversar. Frente a una muchacha que no conocés es la mejor manera de iniciar una buena conversación. Luego la conversación pasará a otras regiones distintas, al baile, las inevitables preguntas sobre el otro. Por eso creo que la milonga es una forma de conversar, un diálogo bailable.Llegó un día en que me declaré a mí mismo poeta. Abandoné entonces la Facultad de Química. Además estaba enamorado y dejé todo. Me puse a trabajar de camionero, Transportaba muebles, fui vendedor de partes automotrices y, a través de las facturas, descubrí el paso del lápiz a la tinta y de la tinta a la máquina de escribir. Pienso que el paso a la computadora ya no lo podré dar.
(...) me acerqué al núcleo de una revista que salía en los años 50 que se llamaba Muchachos. También habla narradores como Damato y Cronda y el poeta David Álvarez Morgade.
Uno se pasa años escribiendo sin pensar que va a publicar, simplemente escribiendo porque tenés necesidad de hacerlo. Había un grupo de muchachos, no todos poetas, que me alentaron para publicar. Con otros poetas, Héctor Negro, Julio C. Silvain, Di Taranto, estábamos todos en la misma. Editábamos El Pan Duro, para autopublicarnos. El sistema era la venta previa de bonos; cada bono valía un libro y con ese dinero imprimíamos. Se decidía entre todos cuáles eran los libros que iban a aparecer, el orden y todo lo demás. Lo extraordinario cm que no había competitividad entre nosotros y en votación se decidió que Violín y otras cuestiones fuera el primero en salir, luego apareció el de Héctor Negro. También empezamos a realizar lecturas públicas de poesía. Fue después del golpe del 55, en el teatro La Máscara. Ahí conocí a Raúl González Tuñón, una vuelta que lo habían invitado. También hacíamos lecturas en clubes de barrio, en bibliotecas públicas, en distintos sitios.
Seguro que escribo poesía de puro holgazán, porque la ventaja de los versos es la brevedad. El poema es corto, las líneas son más cortas. Sin embargo una vez intenté hacer una novela, y llegué hasta la página treinta... Creo que se iba a llamar El diario del poeta o algo así. Era una especie de farsa. Y también hice un libro de cuentos, allá por el año 1967 o 1968. Pero éste era ante todo un ejercicio personal relacionado con toda mi búsqueda poética e idiomática de ese momento. No sabría decir si eran exactamente cuentos. Digamos que eran textos, que en parte se perdieron.
Poema titulado Mujeres
MI BUENOS AIRES QUERIDO
Sentado al borde de una silla desfondada,
mareado, enfermo, casi vivo,
escribo versos previamente llorados
por la ciudad donde nací.
Hay que atraparlos, también aquí
nacieron hijos dulces míos
que entre tanto castigo te endulzan bellamente.
Hay que aprender a resistir.
Ni a irse ni a quedarse,
a resistir,
aunque es seguro
que habrá más penas y olvido.
OPINIONES
Un hombre deseaba violentamente a una mujer,
a unas cuantas personas no les parecía bien,
un hombre deseaba locamente volar,
a unas cuantas personas les parecía mal,
un hombre deseaba ardientemente la Revolución
y contra la opinión de la gendarmería
trepó sobre los muros secos de lo debido,
abrió el pecho y sacándose
los alrededores de su corazón,
agitaba violentamente a una mujer,
volaba locamente por el techo del mundo
y los pueblos ardían, las banderas.
UNA MUJER Y UN HOMBRE
Una mujer y un hombre llevados por la vida,
una mujer y un hombre cara a cara
habitan en la noche, desbordan por sus manos,
se oyen subir libres en la sombra,
sus cabezas descansan en una bella infancia
que ellos crearon juntos, plena de sol, de la luz,
mujer y un hombre atados por sus labios
llenan la noche lenta con toda su memoria,
una mujer y un hombre más bellos en el otro
ocupan su lugar en la tierra
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EN LA CARPETA
Tomé mi amor que asombraba a los astros
y le dije: señor amor,
usted crece de tarde , noche y día,
de costado , hacia abajo , entre cejas,
sus ruidos no me dejan dormir perdí todo apetito
y ella ni nos saluda , es inútil, inútil.
De modo que tomé a mia mor,
le corté un brazo , un pie , sus adminículos,
hice un mazo de naipes
y ante la palidez de los planetas
me lo jugué una noche lentamente
mientras mi corazón silbaba , el distraído.
ARTE POÉTICA
Entre tantos oficios que ejerzo éste que no es mío
como un amo implacable
me obliga a trabajar de día , de noche ,
con dolor , con amor,
bajo la lluvia , en la catástrofe,
cuando se abren los brazos de la ternura o del alma,
cuando la enfermedad hunde las manos.
A este oficio me oligan los dolores ajenos,
las lágrimas , los pañuelos saludadores,
las promesas en medio del otoño o del fuego,
los besos del encuentro , los besos del adiós,
todo me obliga a trabajar con las palabras, con la
sangre.
Nunca fui el dueño de mis cenizas, mis versos,
rostros oscuros los escriben como tirar contra la muerte.
Vale aclarar que hay un pequeño error en la fecha que relata el documental: donde dice que el golpe Militar en Chile fue en 1971 debe decir 1973
Subido a Youtube por el usuario gusf777
En la busqueda de su nieta
1999: inicia una campaña judicial y de prensa, que incluye un intercambio público de correspondencia con el Comandante en Jefe del Ejército Teniente General Balza, contra el General Eduardo Cabanillas, responsable del robo de su nieta o nieto nacido en cautiverio; y más tarde, por el mismo motivo, con el presidente Julio María Sanguinetti del Uruguay, país donde se presume residirían su nieta y los apropiadores de esta.
2000: después de una tenaz búsqueda que incluyó polémicas públicas con el Comandante en Jefe del Ejército Argentino, teniente general Balza, y con el presidente Julio María Sanguinetti del Uruguay, encuentra e identifica a su nieta, residente en Montevideo.
Esta carta de Fito Paez Data del año 1999, él entre muchos otros acompañaron al poeta
Carta abierta del cantante argentino Fito Paéz
Presidente Sanguinetti:
Hágame el favor, por el amor de Dios, devuelva la luz en la casa de Juan. Dicen que usted puede, que se lo prometió. La casa de Juan es grande, con jardines, laberintos y sin paredes, pero mire es tan grande la casa, que yo vivo ahí hace no me acuerdo cuánto tiempo y a él no lo conozco. Pero si vuelve la luz, que usted prometió, va a alumbrar tupido y nos va a alumbrar a todos. No vaya a ser cosa que sea usted de esos que se meten todas esas palabras en la boca y después se las pase por el culo, con el perdón del presidente, porque lo que se pasan por el culo son a los muertos, sabe, y a los vivos, y a los niños, y a los viejos, y al pasado y al futuro y la casa de Juan necesita luz, de la de ver, de la otra tiene, mucha y hace mucho. Ahora estoy jugando con mi hijo que es chiquito, recién cinco meses, pobrecito y es tan bonito y lo quiero tanto y todavía falta ir a la plaza, al cine, a visitar a la abuela, a la escuela, los cumples. Tanta cosa que ¿sabe qué es lo que me imagino? que si un día alguien le hace algo, si le pegan digo o me lo matan, soy capaz de volverme loco, sabe, porque yo soy medio revirado, si no pregunte acá en la casa, cuando se meten con los míos me vengo loco y me tienen que agarrar entre cinco o seis por lo menos. Presidente, déjese de joder, que esto no es joda. Sea usted el primero y rompa el pacto de silencio, si no le van a hacer nada. Qué le van a hacer, lo van a retar, si aparte ya se va. Sea noble presidente, como los vinos, añeje bien, aparte usted lo prometió.
No va a querer quedar como un cretino, porque aparte no sabe cómo lo quieren a Juan por acá. Lo quieren porque le cuesta mentir pobrecito, y por la cólera del buey y porque dicen que es tan buen tipo que se traga la pena. Sí, que no como hace veinte años casi, o más, que se come la pena, se alimenta de pena ¿me entiende? Del hijo, sabe, y de la mujer, su nuerita. Al pibe lo mataron de un balazo en la cabeza y a ella la llevaron a sus pagos, presidente, embarazada y los milicos le afanaron al hijito y después la balearon. El chiquito es el nieto de Juan y hace más de veinte años que lo busca, pobre hombre. Presidente hágame el favor y mande a poner luz en la casa de Juan, que es grande, con jardines y laberintos y sin paredes y nos va a alumbrar a todos y después vuelva a su casa, mire a su hijo y agradézcale a Dios, ese espejo enrarecido de los hombres, la posibilidad que le dió de poder dormirse esa noche con la conciencia tranquila.
1º de noviembre de 1999
Fito Paéz
Usted ha dicho que hay tres patrias: la vida, la infancia y la lengua. ¿También son una actitud frente al orden?
La poesía es resistencia frente a un mundo que se vuelve cada vez más cruel, cada vez más terrible, deshumanizante, porque todo lo que pasa no está fuera de lo humano, y creo que la palabra es una forma de resistencia muy clara frente a todo esto. Por supuesto que hay muchas otras. Lo extraordinario es cómo la poesía pese a todo, a las catástrofes de todo tipo, humanas, naturales, viene del fondo de los siglos y sigue existiendo. Ese es un gran consuelo para mí. Va a seguir existiendo hasta que el mundo se acabe si es que se acaba alguna vez.
Voces sobre Juan
Si Gelman sólo hubiera escrito, además de este poema excepcional (se refiere a Descansos, donde Gelman habla de Francisco Urondo), otro que hace dieciocho años incluyó en Gotán y que concluía: "Ni a irse ni a quedarse,/ a resistir,/ aunque es seguro/ que habrá más penas y olvido", ya tendría bien ganado su derecho a esa modesta pero infrecuente gloria que es lograr, las más de las veces sin quererlo, meter el corazón del lector en un puño, y luego abrirlo, despacito, para que el mundo vuelva a latir.
Mario Benedetti, Gelman hace delirar a las palabras, en La realidad y la palabra, Destino, Barcelona, 1990.
En la poesía de Juan Gelman la diversidad de temas se traduce en diferentes aventuras del lenguaje, sin necesidad de dobles o sosías, como un conjunto de voces que se van complementando en una sola poética. Desde el tono coloquial de sus comienzos, pasando por la etapa tanguera, donde lo canyengue coexiste con la vanguardia, hasta la incursión en formas cercanas a la poesía anglosajona, el sistema poético de Gelman se ha enriquecido con múltiples experiencias. La recreación del soneto o el rescate de las voces y sintaxis del sefardí, son otros tantos hallazgos de un poeta en sostenida evolución a lo largo de cuarenta años. Su peripecia vital, en la que se registran como constantes el amor y la pasión política, se ha traducido hasta hoy en una escritura donde el estar en el mundo ( militancia, exilios y regresos) se (forma en vivencia y vigilia el gobernado delirio de un eta que, como William Blake se acerca a la sabiduría por e camino del exceso.
Pedro Orgambide, escritor.
Sobre La poesía
"Nada pudo nunca ni podrá jamás cortar el hilo humano de la poesía, ése que nos continúa desde el fondo de los siglos como nuestra belleza posible"
"Existe la palabra justa? La palabra, como la utopía, es incesante emulsión de dos pérdidas -lo deseado, lo obtenido-, un paraíso que nunca se tuvo y hay que buscar eternamente. La palabra justa pertenece al reino de la muerte. Y la condición de los poetas es frágil, no encuentran abrigo en su obra, cada momento de esa obra cuestiona los demás y entonces nada sostiene a quien no tiene otro sostén que el acto de escribir. Y, sin embargo, la poesía continúa. La poesía está cargada de más vida. Un poema sin ojos no puede cruzar la calle.
El trabajo de la poesía es dar forma al vacío para que éste sea posible. El porvenir de la poesía es la palabra liberada del lenguaje. El viaje hacia el poema es más importante que el poema. La poesía es patria de los espacios negros y mira la calandria que sale volando de los ojos de un niño porque él la quiso ver. No hay necesidad de defender a la poesía frente o contra la realidad: la poesía devela la realidad velándola."
Gotan Project - Confianzas (J. Gelman)
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